El caracol gigante africano se encuentra entre las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo. Esto se debe principalmente a sus características fisiológicas y morfológicas que le dan resistencia a variables ambientales, a su dieta polífaga, (pueden alimentarse de cerca de 200 especies diferentes de plantas,  materia orgánica en descomposición y heces de animales), y a su alto potencial reproductivo que favorece su dispersión.

• Además del impacto que puede tener en sistemas agrícolas comerciales y en ecosistemas naturales también puede actuar como vector de parásitos de importancia médica y veterinaria al ser portador de nematodos del género Angyostrongylus, específicamente de las especies A. cantonensis y A. costaricensis causantes, respectivamente, de meningoencefalitis y angiostrongilosis abdominal en humanos en consecuencia, su contacto con los seres humanos puede generar enfermedades intestinales, meningitis, inflamación de tejidos, diarrea, fiebre y hasta la muerte.

Es una especie hermafrodita ovípara, y tras la copula puede llegar a almacenar esperma, permitiendo varias puestas de huevos con solo un apareamiento. Esta especie es fértil transcurridos  5 o 6 meses de edad. Se ha registrado que puede llegar a colocar entre 900 y 1200  huevos  por año.

La longevidad promedio registrada para poblaciones de caracol adulto es de 4,5 años.